Tipos de fertilizantes para plantas: Cuáles son y qué usos tienen

fertilizantes para plantas
Cuando se trata de cuidar los cultivos, elegir el fertilizante adecuado puede marcar la diferencia entre un crecimiento frondoso o un terreno que no prospera. Con tantos tipos de fertilizantes para plantas disponibles en el mercado, es fácil sentir muchas dudas sobre cuál utilizar. ¿Cómo saber cuál es el mejor? ¿Qué tipos de fertilizantes existen y cuáles son sus usos? ¿Cómo influyen los diferentes nutrientes en el crecimiento?

Fertilizantes químicos

Los fertilizantes químicos o inorgánicos son productos sintéticos que contienen nutrientes esenciales para las plantas, como nitrógeno, fósforo y potasio, en concentraciones precisas. Se utilizan en la agricultura a gran escala debido a su efectividad y rapidez para proporcionar nutrientes a las plantas. Existen distintos tipos de fertilizantes para plantas según su composición, como por ejemplo:

Nitrogenados

Los fertilizantes nitrogenados aportan nitrógeno (N), un nutriente fundamental para el crecimiento vegetal, ya que es clave para la producción de clorofila, la sustancia que permite la fotosíntesis. Los fertilizantes nitrogenados promueven el crecimiento de las hojas y el follaje. Los más comunes son:

  • Urea: muy concentrada en nitrógeno, es una opción económica y ampliamente utilizada.
  • Nitrato de amonio: combina nitrógeno en forma amoniacal y nítrica, proporcionando una liberación rápida y eficaz.

Estos fertilizantes son ideales para cultivos como el maíz, el trigo o el césped, donde el crecimiento rápido y fuerte es esencial.

Fertilizantes de fósforo

Los fertilizantes fosfatados suministran fósforo (P), otro de los tres macronutrientes principales que necesitan las plantas. El fósforo es esencial para el desarrollo de las raíces y la floración. Además, ayuda en la transferencia de energía en el interior de la planta.

  • Superfosfato: se obtiene a partir de fosfato de roca y es uno de los fertilizantes de fósforo más utilizados.
  • Fosfato monoamónico (MAP): tiene una concentración alta de fósforo y se absorbe con facilidad.

Este tipo de fertilizantes es útil en las primeras fases del desarrollo vegetal y en la siembra de cultivos como legumbres, frutales o cultivos de raíz.

Fertilizantes de potasio

El potasio (K) juega un papel vital en la resistencia de las plantas frente a enfermedades y condiciones adversas, como la sequía o las heladas. Los fertilizantes de potasio refuerzan la calidad de los frutos y mejoran la resistencia general de la planta.

  • Cloruro de potasio: uno de los fertilizantes más populares por su eficiencia.
  • Sulfato de potasio: una opción para suelos que ya tienen exceso de cloro.

El potasio es fundamental en plantas que producen frutos o flores, como tomates, patatas o fresas.

Fertilizantes compuestos

Estos fertilizantes contienen más de un macronutriente en su composición. Por ejemplo, un fertilizante NPK como Fusion Gamma puede aportar nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), los tres macronutrientes principales que las plantas necesitan en grandes cantidades. Los fertilizantes compuestos son muy prácticos porque proporcionan una nutrición equilibrada en una sola aplicación.

  • NPK 6-6-6: contiene partes iguales de nitrógeno, fósforo y potasio, y es adecuado para un crecimiento equilibrado.
  • NPK 15-5-30: adecuado para plantas que necesitan más potasio, como las que están en fase de fructificación.

Fertilizantes de azufre, calcio y magnesio

Además de los tres macronutrientes principales, las plantas también necesitan otros nutrientes, como el azufre (S), el calcio (Ca) y el magnesio (Mg). Estos fertilizantes suelen utilizarse para corregir deficiencias específicas.

  • Sulfato de calcio: también conocido como yeso, es un fertilizante que mejora la estructura del suelo y aporta calcio.
  • Sulfato de magnesio: corrige deficiencias de magnesio, esencial para la fotosíntesis.

Estos fertilizantes son fundamentales en suelos ácidos o en cultivos que requieren grandes cantidades de estos nutrientes, como el brócoli, la col rizada o las almendras.

Fertilizantes orgánicos

A diferencia de los químicos, los fertilizantes orgánicos proceden de fuentes naturales y se descomponen despacio, proporcionando una liberación gradual de nutrientes. Son una excelente opción para mejorar la calidad del suelo a largo plazo y son clave en la agricultura sostenible.

Biofertilizantes

Los biofertilizantes contienen organismos vivos que, una vez en el suelo, ayudan a mejorar la absorción de nutrientes por parte de las plantas. No solo aportan nutrientes, sino que también fomentan la actividad microbiana del suelo, lo que mejora la fertilidad de manera sostenible.

  • Rizobios: bacterias que fijan el nitrógeno en legumbres, ayudando a las plantas a absorber este nutriente sin la necesidad de fertilizantes nitrogenados adicionales.
  • Micorrizas: hongos que mejoran la absorción de fósforo y otros nutrientes del suelo.

Los biofertilizantes son ideales para huertos orgánicos y cultivos que requieren suelos ricos en nutrientes de manera continua.

Bioestimulantes

Los bioestimulantes son sustancias o microorganismos que, aunque no son fertilizantes en sí mismos, mejoran la absorción de nutrientes y el crecimiento de las plantas. Ayudan a las plantas a soportar mejor el estrés ambiental y mejoran su salud general.

  • Ácidos húmicos: aumentan la capacidad de retención de agua del suelo y mejoran la estructura del mismo.
  • Extractos de algas: favorecen el crecimiento de las raíces y ayudan a las plantas a recuperarse de condiciones adversas como sequías o heladas.

Estos productos son útiles en cultivos sometidos a cambios climáticos frecuentes, o en suelos pobres en materia orgánica.

Fertilizantes de liberación lenta

Los fertilizantes de liberación lenta están diseñados para suministrar nutrientes a lo largo de un período prolongado, lo que reduce la frecuencia de aplicación y minimiza el riesgo de lixiviación de nutrientes. Esto los convierte en una opción muy eficaz para jardines y paisajes donde se busca un mantenimiento mínimo.

  • Urea recubierta: un ejemplo común, donde la urea está encapsulada en un material que se descompone despacio, liberando nitrógeno de manera gradual.
  • Fertilizantes orgánicos de liberación lenta: como el compost o el estiércol, que también aportan nutrientes de forma paulatina y mejoran la estructura del suelo.

Estos fertilizantes para plantas son perfectos para plantas de crecimiento lento o jardines que no requieren riego frecuente.

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